Los paisajes urbanos no solo los conforman sus calles, bares, gente que transita… Las habitaciones de hostales y hoteles más o menos lujosos forman también parte del mismo por todas las historias que sus paredes albergan. Ahora no viajamos como en la época de Vivian Maier y alquilamos alojamiento a través de Internet. Este es nuestro refugio cuando bajamos a Madrid, una habitación sobria pero que resulta ser especialmente fotogénica y con un maravilloso anfitrión. La historia detrás de esta imagen es la de nuestra primera escapada después de mi proceso de quimioterapia para ver, cómo no, alguna que otra exposición. Nos hacía falta muy poco. Simplemente tener una excusa y, en mi caso, la fuerza suficiente para alejarnos por unos días de la pesadilla que conlleva tener cáncer. Durante la edición, me di cuenta de un detalle que está presente y que era precisamente el que había estado percutiendo en mi cabeza durante todo ese tiempo pero que ya está totalmente fuera de mi cuerpo. Esta imagen va dedicada a las mujeres con cáncer de mama. Cuando os miréis al espejo, veros como mujeres hermosas porque lo sois a pesar de vuestra asimetría y vuestra cabecita sin pelo.