Esa mañana encontré una mujer con un vendaje ensangrentado alrededor de su cabeza. Entre sollozos me pidió que le diera la cerveza que estaba bebiendo. El mismo día, después de visitar una iglesia, una mezquita y una sinagoga, la encontré de nuevo tendida en la calle casi muerta. Durante la hora que pasé a su lado, impotente, la gente pasaba por su lado evitando mirarla. Fue mi primer contacto con la muerte. Me pareció muy irónico que las religiones abrahámicas siempre hablaban de ayudar a la gente pobre y, sin embargo, allí estaba ella, muriendo en medio de los tres templos.
Fotoperiodismo
Comentarios (1)
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Maravillosa foto ...es lo que tiene poder estar en sitios donde algunos no iriamos ni obligados..